Pudrición de Raíz: La Guía Definitiva para Detectarla y Salvar tu Planta

Es el problema más temido y, a menudo, el más silencioso. Tu planta empieza a verse triste, las hojas inferiores amarillean y se caen, y parece marchita aunque la tierra esté húmeda. Crees que necesita más agua, pero al regarla, el problema empeora. Si esta situación te resulta familiar, es muy probable que te enfrentes al enemigo número uno de las plantas de interior: la pudrición de raíz.

Causada por un exceso de agua que asfixia las raíces y crea el caldo de cultivo perfecto para hongos y bacterias, la pudrición de raíz ataca a la planta desde su sistema vital. Pero no pierdas la esperanza. Detectarla a tiempo y actuar con decisión puede salvar a tu planta. Esta es tu guía de primeros auxilios.

Cómo Detectar la Pudrición de Raíz: Los Síntomas Clave

El problema empieza bajo tierra, pero las señales de alarma se ven en toda la planta.

Síntomas Visibles en la Planta:

• Hojas amarillas y blandas: Especialmente las hojas más viejas, en la parte inferior de la planta. A diferencia de la falta de riego (hojas secas y crujientes), aquí el amarillo es apagado y la hoja está lacia.

• Marchitamiento general: La planta parece "sedienta" y decaída, incluso con el sustrato húmedo al tacto. Esto ocurre porque las raíces dañadas ya no pueden absorber agua.

• Crecimiento detenido o lento: Si tu planta lleva meses sin mostrar ningún nuevo brote, podría ser una señal.

• Mal olor: Un olor agrio o a humedad estancada proveniente del sustrato es un indicador claro de que algo se está pudriendo.

La Prueba Definitiva: Inspeccionar las Raíces

Para confirmar la sospecha, debes actuar. Extrae con mucho cuidado la planta de la maceta y observa sus raíces:

• Raíces Sanas: Son firmes al tacto, flexibles y de color blanco o blanquecino.

• Raíces Podridas: Son oscuras (marrones o negras), blandas, pastosas y se deshacen o rompen con solo tocarlas. A menudo, la capa exterior de la raíz se desprende fácilmente, dejando solo el filamento interior.

Guía de Rescate: Cómo Salvar tu Planta Paso a Paso

Si has confirmado la pudrición, actúa rápido. Es una cirugía de emergencia.

1. Limpia las Raíces: Lleva la planta al fregadero y lava con suavidad todo el sustrato de las raíces con agua a temperatura ambiente. Esto te permitirá ver claramente el alcance del daño.

2. Poda Sanitaria: Con unas tijeras de podar limpias y desinfectadas con alcohol, corta sin piedad todas las raíces que estén marrones, blandas o malolientes. Debes dejar únicamente el tejido sano, blanco y firme.

3. Reduce el Follaje (Opcional): Si has tenido que quitar una gran cantidad de raíces, es recomendable podar también una parte de las hojas (aproximadamente un tercio). Esto reduce el estrés de la planta, ya que tendrá menos follaje que mantener con un sistema de raíces más pequeño.

4. Trasplanta a un Nuevo Hogar: Tira todo el sustrato antiguo. Limpia y desinfecta la maceta original con lejía diluida o utiliza una nueva. Trasplanta la planta usando un sustrato fresco, estéril y con muy buen drenaje. Puedes añadir perlita extra para mejorar la aireación.

5. Cuidados Post-Operatorios: Coloca la planta en un lugar con luz indirecta brillante. No riegues inmediatamente. Espera uno o dos días para que las raíces recién cortadas cicatricen, y luego realiza un primer riego ligero. A partir de ahí, riega solo cuando la capa superior del sustrato esté seca.

La Prevención es la Mejor Cura

Para no volver a pasar por esto, céntrate en tres puntos clave:

• Riega Correctamente: Es la regla de oro. Comprueba siempre la humedad del sustrato antes de volver a regar.

• Usa un Sustrato Adecuado: La mayoría de las plantas de interior necesitan una mezcla que drene rápido.

• Asegura el Drenaje: Utiliza siempre macetas con agujeros de drenaje. ¡Es innegociable!

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